Breve historia de Calzadilla de Tera
El pueblo de Calzadilla de Tera lo cruzan dos grandes vías de comunicación: la Vía Romana XVII y el Camino de Santiago Mozárabe - Vía de la Plata - Camino Sanabrés.
De la Vía Romana XVII proviene su nombre -Calzadilla- pues lo separa de Calzada de Tera el río Tera con su Puente del Oro que en otros tiempos se encontraba en la zona del Cepo, donde parece ser se estrechaba para el lado de Calzadilla. Esta vía servía para el transporte del oro de Las Médulas(León) hasta Braga (Portugal) en la época romana. Todavía se oyen relatos de tesoros escondidos por soldados romanos a lo largo de la vía, sobre todo en las herrerías (Las Eras) y los campamentos (El Muelo).
El Camino de Santiago es la Ruta Jacobea de la Vía de la Plata que enlaza el sur, Sevilla, con Santiago de Compostela.
El origen de Calzadilla posiblemente se remonta a un poblado Celta situado en lo
alto de las Peñas del Cirillico, en la zona denominada La Cancilla,
donde nuestros antepasados nos hablaban de petroglifos que allí se encontraban,
una herradura del caballo de Santiago y una huella de pisada de oveja,
ambos eran símbolos de las adoraciones Celtas a la Luna, el Sol y los astros,
como lo demuestran los inmumerables petroglifos hallados por el noroeste peninsular.
Estos símbolos desaparecieron al ser dinamitados cuando hicieron el canal de regadío de la margen derecha del río Tera.
Allí también se encontraba la Cueva del Moro.
Todavía hoy en día se pueden apreciar los rasgos Celtas en sus gentes, tez clara y cabellos bermejos.
Son frecuentes apellidos y apodos como Rojo, Bermejo y Rubio en casi todos los pueblos del Valle Tera.
Cuentan que en tiempos remotos en la Cancilla vivía una mujer vieja que pagaba con monedas de oro.
Todavía se puede observar el antiguo caño y la Peña del Llar (Resguardo para hacer fuego) en la bajada a la zona del
Pico el Vao y el tamaral, playa fluvial y zona de recreo.
En la actualidad estamos bajo la protección de nuestras patronas Santas Justa y Rufina (19 y 20 de julio) y la Virgen de la O (18 de diciembre), patronas de los alfareros y de la fertilidad, a las cuales el pueblo tiene gran devoción y se encomiendan a la Virgen de la O en su descendencia y cosecha (El Ramo del mes de mayo - Agua os pedimos-).